martes, 26 de enero de 2016

Fuentes del Jardín de La isla (Fuente de Vetumno/Apolo)

Fuentes del Jardín de La Isla


Artículo de Javier De Frutos

Fuente de Vetumno/Apolo




Fotografía de Javier De Frutos


Situada a continuación de la de Hércules, se halla esta fuente que integra a la figura de Apolo y que data del siglo XVI. La plazoleta en la que se encuentra esta fuente era llamada anteriormente la Puerta del Sol de Aranjuez, en referencia a lo concurrido del lugar y por ser contemporánea con la plaza del mismo nombre de Madrid.

Los cortesanos de aquel entonces se recreaban contemplándole sentados en alguno de los ocho largos bancos de piedra oscura y respaldo de finas labores que le rodean .. sobre un pilón octogonal de mármol sobre un zócalo con su basa, encima de una taza igualmente de mármol .... Apolo...Vertumno más bien.. o no, tal vez Apolo por su hermosura, figura masculina joven y hermosa, venciendo a la serpiente Tifón sobre al que apoya su pie izquierdo ...o Vertumno,seguramente, dios romano de origen etrusco .. el cambio , la mutación , las estaciones y ciclos naturales, la inconstacia, protector de vegetación y huertas, la germinación... su corona de frutos y la curnocopia ese cuerno de la abundancia... alegoría de la riqueza de las tierras de Aranjuez ..... encargo de Felipe IV, posiblemente a Miguel Ángel Naccherino.

Apolo en la mitología Romana.

Apolo es uno de los dioses de la Dioses de la Mitologia Romana que procede en origen de la Mitología Griega, y se le conoce por varios nombres como Délico por haber nacido en la Isla de Delos y también como Pitio, por ser el artífice de la muerte de la Pitón que custodiaba el templo de Parnaso. También se le conoció como el dios de las profecías, siendo su principal lugar de culto el Oráculo de Delfos, en el lugar donde derrotase a la terrible Pitón. Apolo concedía la visión del futuro a aquellos que amaba, incluida la desafortunada Cassandra.

Según la tradición, Apolo nació fruto de la relación entre Zeus y Leto, y era un diestro músico y entretenía a los dioses tocando su lira. También poseía grandes talentos como cazador, arquero y atleta, de hecho se le atribuye el haber ganado los primeros juegos olímpicos celebrados. En Curiosidades sobre Roma era el protector de la agricultura, la ganadería, la verdad y se encargó de transmitir a los mortales sus conocimientos sobre la medicina. Apolo cumplía también el papel de ser el guardián de los jóvenes, mientras que su hermana, Artemisa, lo era de las doncellas.

Mientras unos creían en su benevolencia y protección, algunas tradiciones le describen como un dios cruel y desprovisto de piedad. Famosa es la leyenda en la que Apolo raptaba y tomaba a la fuerza a la bella princesa Creusa, a la que después abandonó junto al hijo que le había dado. El hecho de que siempre sea representado como un ejemplar de belleza masculina, hace que su imagen sea mucho más frecuente de representar que los demás dioses del panteón romano.

El hijo de Apolo,Asclepio, continuó con su tradición de dios romano de la medicina, aunque Apolo conservó su capacidad de propagar las enfermedades y las plagas, teniendo el poder dual de sanar y matar al mismo tiempo. También se dice que su lira le fue otorgada por Hermes, y que fue creada por el mensajero de los dioses exclusivamente para él y con el tiempo, pasó a ser uno de sus atributos más característicos. Apolo también posee la cualidad de ser el dios de la música y la poesía, por lo que se le considera el gobernante y señor de las Musas, por lo que recibía el nombre de Apolo Musageta.

Apolo en la mitología Griega.

Apolo, también conocido como Phoebus Apollo (Febo Apolo), fue uno de los dioses griegos más importantes. Pertenecía al grupo de los 12 dioses que habitaban en el Olimpo junto a Zeus. Apolo, hijo de Este y de Leto, era entre otras cosas el dios del arte de la adivinación, de las artes -la música, sobre todo- y la arquería. También era el dios de la luz ligada al sol (Phoebus, Febo o foibos significa «brillante»). Con sus flechas era capaz de causar enfermedades infecciosas, aunque también era capaz de curar, por lo que se le conocía como «el que ataca de lejos». Esta naturaleza dual también se reflejaba en el hecho de que fuese la deidad de los pastores que guardaban el ga­nado y asimismo se le identificase con su gran enemigo el lobo.

Apolo venía de Licia, en lo que hoy día es el suroeste de Turquía. Alrededor del año 1000 a.C. Febo Apolo ya era adorado como uno de los dioses griegos más importantes.

Leto dio a luz a Apolo y a su hermana melliza Artemisa, diosa de la caza, en la isla de Delos, donde se había refugiado de la ira de Hera, la esposa de Zeus (ver Hera). Apolo se hizo adulto muy rápido y se trasladó a Delfos, en la península griega donde habitaba la serpiente gigante Pitón en una grieta de la superficie. Pitón era hermana de Gaya, la diosa de la tierra. Tiempo atrás se había enemistado con Leto y había intentado evitar el nacimiento de Apolo y Artemisa. Apolo acabó con el monstruo «con mil flechas», según cuenta el poeta Ovidio en su obra. Aunque tuvo que hacer penitencia por el pecado de haber acabado con la serpiente divina, se le permitió fijar su oráculo donde antes había estado Pitón. El oráculo de Delfos, relacionado con los santuarios de Apolo y situado según los griegos en el ombligo de lo que era la tumba de Pitón (el centro del mundo), mantiene una extraordinaria reputación desde la Antigüedad. No sólo existía en la mitología, sino que realmente también se podía visitar y de hecho mucha gente lo consultaba. La sacerdotisa Pitia (de Pitón) daba respuestas sentada en un taburete de tres patas sobre la grieta en la tierra en la que estuvo la serpiente gigante y a través de la cual obtenía las respuestas susurradas por Apolo. Este oráculo lingüístico era oscuro y se podía interpretar de muchas formas, lo que le dio con el tiempo su fama de ser infalible. De acuerdo con el pensamiento moderno, Pitia pudo sucumbir a los humos tóxicos que emanaban de las profundidades y que confundían sus ideas hasta hacer de su habla un ruido ininteligible. Sus términos eran un tesoro que se interpretaban como una predicción útil para la gente.

Los Juegos Pitios empezaron en Delfos después de la muerte de Pitón. Empezaban con la música para seguir con los acontecimientos deportivos. De acuerdo con la leyenda, los primeros sacerdotes de Delfos llegaron desde Creta cuando Apolo, transformado en delfín, les llevó en barco hasta el puerto de la localidad.

Después de matar a Pitón, Apolo acabó con muchos más seres valiéndose de sus flechas. Con su hermana Artemisa acabó con el gigante Titio, que había tratado de violar a su madre. Este acto no fue reprendido por Zeus. Titio fue condenado a sufrir eterna tortura en el Tártaro, la zona más lúgubre del mundo de los muertos.

Niobe también fue víctima de la venganza de Apolo y Artemisa. Era la esposa de Anfión, rey de Tebas, y tenía siete hijos y siete hijas. Ella presumía de ser más fértil que Leto e incluso, llevada por su orgullo, consideró innecesario hacer sacrificios por la diosa. Niobe sufrió un castigo ejemplar por su arrogancia. Apolo mató a sus siete hijos con sus flechas y Artemisa hizo lo mismo con sus hijas. Cuando su hija más joven, Cloris, se abrazó a su madre agonizando, Niobe pidió clemencia para que la dejasen viva, pero todo fue en vano, pues aún se disparó una flecha más para rematarla. Según algunas versiones, sin embargo, Cloris salvó su vida. Niobe se convirtió en piedra debido al dolor.

Apolo tuvo que hacer penitencia por sus actos de violencia y hubo de ponerse al servicio de un mortal. Durante su tarea como esclavo, entre otras cosas construyó los muros de Troya junto al dios del mar, Poseidón. Según otras versiones hizo este trabajo por dinero, pero el rey troyano Laomedón se negó a pagarle.

Durante la Guerra de Troya, Apolo fue el más fanático y temido de los seguidores troyanos entre las divinidades. Causó la epidemia de Plaga entre los griegos cuando éstos secuestraron a la hija de uno de sus sacerdotes. De acuerdo a ciertas versiones, Apolo fue responsable de la muerte de Aquiles, el héroe griego, que perdió la vida cuando una de las flechas de Paris le alcanzó el ta­lón. Podría haber sido el propio Apolo el que hubiese hecho acertar a un arquero medio como aquel en la parte más vulnerable de su cuerpo. Apolo les aseguró dones proféticos a Heleno y Casandra, los hijos del rey troyano Príamo. Pero como Casandra le rechazó como amante, Apolo no le dejó disfrutar de su don de predecir el futuro e hizo que nadie le creyese, aunque siempre acertaba.

Casandra no fue la única mujer que le rechazó, pues lo mismo hizo la ninfa Dafne. Eros, ofendido ante el desprecio de Apolo, se vengó haciendo que se enamorase de Dafne que, desesperada, huyó con el volup­tuoso dios. Cuando estaba muy cerca de atraparla, ella rogó que la liberasen del cuerpo que había despertado su deseo y la convirtiera en arbusto de laurel. Apolo tuvo más fortuna con los muchachos. Su relación con el atractivo Jacinto fue trágica, no obstante, ya que Apolo le mató accidentalmente al arrojar un disco.

A pesar de todo, Apolo llegó a tener descendencia y el hijo que concibió con la princesa Coronis, llamado Asclepio, se convirtió en el dios de la Medicina. Asclepio no llegó al mundo de una manera convencional, pues cuando la princesa engañó a Apolo, Artemisa decidió matarla. Fue el propio Apolo, o quizá Hermes, el que rescató el cuerpo de Asclepio del vientre de su madre que yacía muerta.

Un aspecto importante del dios Apolo es el poder que tenía su don para el arte y la música. Con su capacidad creativa lideraba a las nueve musas, deidades que tutelaban las artes y las ciencias. Apolo inventó la cí­tara, un instrumento de origen griego, reco­nocido como antecesor del laúd y de la guitarra. Pero su favorito era el arpa y es con el que aparece en casi todas sus representaciones, a pesar de no ser invención suya, sino un regalo de Hermes después de robarle unas cabezas de ganado. Apolo también tocaba la flauta de manera magistral. El sátiro Marsias, que pensaba que sabía tocar mejor que el dios, se atrevió a retarlo y sufrió una humillante derrota ante él, que acabó además desollándole vivo. El rey frigio Midas también sufrió reacciones de Apolo cuando intentó criticar su capacidad musical y compararse con él. Después de oír al dios Pan tocar Su lengüeta y a Apolo con su arpa, y mostrarse en de­sacuerdo con la opinión mayoritaria que prefería la música de Apolo, el dios, irritado, lo castigó poniéndole orejas de burro.

Como Apolo daba a los oráculos sus predicciones, se convirtió en fuente de inspiración para poetas, cantantes y músicos que tocaban los instrumentos que él había creado. El dios griego se introdujo en la cultura romana como uno de los símbolos más im­portantes de la admiración e imitación que suscitaba todo lo griego. El primer emperador romano, Augusto, le dedicó un templo en el año 28 a.C. en la colina del Palatino, en el mismo corazón de Roma, para demostrar que también él, como máximo dirigente del Imperio Romano, estaba extendiendo su civilización por todo el mundo.


Artículo de Javier De Frutos
Para "Por y Para Aranjuez"

viernes, 22 de enero de 2016

Fuentes del Jardín de La isla (Fuente de Neptuno)

Fuentes del Jardín de La isla


Artículo de Javier De Frutos

Fuente de Neptuno


Fotografía de Javier De Frutos


Situada en la parte más alejada de la entrada al jardín, esta fuente está adornada unas esculturas de bronce que encargó Velázquez a Alessandro Algardi. Este grupo escultórico representa a Ceres, Cibeles, Juno y Neptuno y llegó a Aranjuez en 1661 desde el Palacio antiguo de Madrid. El dios Neptuno aparece, como habitualmente, empuñando su tridente sobre un carro en forma de concha, tirado por caballos marinos. En el pedestal central puede leerse la leyenda: El Rey N.S. Don Felipe III mandó hacer esta fuente, siendo gobernador D. Francisco Brizuela, año de MDCXXI.

Neptuno en la mitología Romana.

En la mitología romana, Neptuno era el dios del agua y el mar. Se suele decir que es el equivalente romano al dios griego Poseidón, algo completamente cierto pero siempre con matices.

Neptuno es hijo de Saturno y Ops. Por tanto, es hermano de Júpiter y Plutón, siendo además el hermano mayor, el primogénito. Entre estos tres dioses se dividió la soberanía sobre los tres reinos del universo: tierra y cielo, mar e inframundo. Neptuno se hizo con el poder en el mar, gobernando así todas las aguas y mares y cabalgando las olas sobre hermosos caballos blancos como la espuma. El fondo marino es su reino, siendo obedecido por todos y cada uno de los seres marinos. Asimismo, cuenta con un tridente, una herramienta muy útil para agitar el agua y crear grandes olas cuando se enfada, crear fuentes y manantiales e incluso desatar su ira y provocar grandes maremotos y tsunamis.

Es un dios bastante inestable, por tanto puede resultar incluso peligroso. Sus emociones más leves pueden ocasionar auténticos desastres naturales. Por este motivo, el culto al dios era uno de los más importantes en la antigua Roma.

La importancia de este dios residía, además de en todo lo mencionado anteriormente, en que era el encargado de sujetar el mundo; y es que cuando se pensaba que la tierra era plana, no había ningún tipo de duda, el mar sujetaba el lugar por el que andábamos y morábamos. Además de los animales marinos, Neptuno tenía una corte de seres mitológicos bastante amplia. Una corte de seres que le rendían pleitesía y entre la que podemos destacar a las traicioneras sirenas, las nereidas, las hermosas oceánides o los poderosos ritones.

Asimismo, Neptuno también contaba con la fiel devoción de seres como las ninfas, ondinas y náyades de los lagos, de las fuentes y de los ríos.

Aunque su esposa fue Anfitrite, la que le dio como hijos a los tritones, lo cierto es que Neptuno fue un gran y caprichoso conquistador, similar a su hermano Júpiter. Así, la lista de sus amoríos pasa por Halia, Amimone, Toosa, Ceres, Medusa o Clito.

Era representado como un hombre imponente, el cual no necesitaba grandes ropajes, pues su sola presencia ya imponía. Además, aunque siempre solía ir acompañado de caballos, no era raro ver representaciones del dios rodeado de algunos de los seres antes mencionados.

Fotografía de Javier De Frutos


Neptuno en la mitología Griega (Poseidón)

Poseidón, el gran dios del mar que reinaba sobre los mares y todos los medios acuáti-cos, era hijo de Cronos y de Rea, y hermano mayor de Zeus. Era uno de los 12 dioses mayores que habitaban en el Olimpo, aunque casi siempre estaba en su palacio bajo las aguas y sólo visitaba el Olimpo cuando quería ver a los otros dioses.

Cronos y los otros titanes (ver Cronos y Titanes, Los) habían reinado hasta que Zeus inició una guerra contra ellos. Pero tras la victoria de los jóvenes dioses Zeus, Hades y Poseidón, el mundo quedó dividi¬do entre ellos. Zeus dominó el cielo y Po¬seidón el mar. Siendo el rey de todos los dioses, Zeus dominaba además la tierra, el territorio neutral en el que el dios del mar se hacía notar a través de los terremotos. El iracundo Poseidón era temido como «el que sacudía la tierra», según palabras de Homero, e instigaba las mareas más abruptas y las tormentas en alta mar.

Poseidón no aceptó de buena gana que su hermano fuese el soberano de todos los dioses. En una ocasión llegó a conspirar contra él, con la ayuda de Hera y Atenea, para intentar derrocarle. Los tres maquinaron la forma de encadenarlo, pero la nerei¬da Tetis vino a rescatarlo y llamó al gigan¬te de 100 brazos Briareo, de extraordinaria fuerza, para que acudiese al Olimpo. Allí se situó junto al trono de Zeus en actitud amenazante y consiguió sofocar la rebelión.

El temible y caprichoso dios del mar, con el que los navegantes debían llevarse bien, fue adorado en todo el mundo griego y romano. Se han conservado numerosas imágenes suyas como una figura imponente con su barba y su tridente, arma que utilizaba para pescar y que había sido un regalo de los cíclopes, que también le dieron a Zeus los rayos y a Hades el casco que lo hacía invisible. Sin embargo, según algunos, Poseidón había sido al principio un dios de la tierra, pues su nombre significa «esposo de la tierra», pero posteriormente había sustituido a deidades marinas como Nereo y Proteo. Se cree que en cierta ocasión también fue adorado con la forma de un caballo, al igual que Hera lo fue en la de una vaca y Atenea en la de una lechuza. A Poseidón se le atribuía la creación de varios animales, como el caballo, el toro y el delfín.

El dios regalaba sus excepcionales caballos a los mortales de vez en cuando. Así, le regaló a Pelops los equinos con los que ganó la carrera por su futura esposa Hipodamia y, junto a otros dioses, le dio a Peleo los caballos parlantes e inmortales Janto y Balio tras su boda con la diosa Tetis. El mismo Poseidón tenía una cuadriga tirada por caballos de mar que le permitía viajar por las olas a gran velocidad. Su esposa Anfritrita, hija de la deidad marina Nereo, vivía a su lado en un palacio de oro bajo el mar. Estaban rodeados de un extenso séquito de ninfas. Su hijo Tritón, una especie de sirena masculina (ver Tritón para más detalles) y sus hijas Rodé y Bentesicime también vivían con ellos.

Al igual que su hermano Zeus, Poseidón no era un marido fiel, pues sedujo y forzó a numerosas diosas, ninfas y mortales con las que tuvo incontables descendientes. Ya antes de su boda con Anfritrite había tenido un amorío con su hermana Deméter e incluso había concebido al gigante Anteo con su abuela Gaya. El infame cíclope Polifemo también era hijo suyo (ver Poliphemus) y además se le atribuye la paternidad del gran héroe Teseo. Poseidón hizo invulnerable al efecto de las armas a su hijo Cieno, aunque eso no sirvió para evitar que Aquiles lo matase, cosa que hizo utilizando la correa de su propio casco. Poseidón transformó después a su hijo en un cisne.

Una de las muchas víctimas de la lascivia de Poseidón fue Medusa. Aunque la apariencia con la que nos la han transmitido era aterradora, parece ser que Medusa había sido bella con anterioridad. Tanto que Poseidón había perdido el control y la había forzado en un santuario de Atenea, que se enfadó tanto que decidió castigarla y llenarle el cabello de serpientes. Cuando Perseo mató a Medusa poco después, la gorgona estaba embarazada de su relación con Poseidón. Tan pronto como fue decapitada nacieron de la sangre derramada los hijos de Poseidón Crisaor y Pegaso, el caballo alado. Otras víctimas de la lujuria de Poseidón fueron la bella princesa Córnix, que escapó del dios en el último momento cuando Atenea la trasformó en un cuervo y la hija del rey de Tesalonia, Canis, a cuya petición Poseidón la convirtió en un hombre tras la violación.

Al igual que el resto de dioses, Poseidón podía adoptar la forma que quisiese y explotar esa habilidad para sus escarceos amorosos. Así, se disfrazaba de caballo, de toro, de ave, de carnero o de delfín.

Las relaciones de Poseidón con los mortales no fueron exclusivamente sexuales. Con Apolo, por ejemplo, construyó la muralla de la ciudad de Troya para el rey Laomedón, que después no quiso pagar al dios del mar el precio acordado en oro. Poseidón se vengó inundando la ciudad y exigiendo que la hija del rey fuese sacrificada ante un monstruo marino. Heracles la rescató y también fue engañado por el rey. Como tenía fama de implacable, el resentimiento de Poseidón alcanzó incluso a los descendientes del rey y por eso se convirtió en el más ferviente defensor de los griegos, junto a Apolo, durante la Guerra de Troya. No obstante, tras la guerra tampoco los griegos se libraron de su ira porque entonces mató al «pequeño Ájax», hijo de Oileo, que había mancillado el santuario troyano de Atenea forzando allí a la princesa Casandra .Odiseo también fue víctima de la ira de Poseidón tras dejar ciego a su hijo Polifemo.

Entre Poseidón y Minos, rey de Creta, estalló otro conflicto cuando el rey le pidió un toro para sacrificarlo en su honor. El dios le regaló un toro blanco tan bello que el rey decidió quedárselo, lo que provocó la furia de Poseidón, que hizo que la mujer del rey, Pasifae, se enamorase del animal y copulase con él para concebir al Minotauro, criatura monstruosa con cuerpo de hombre y cabeza de toro (ver Minos, Minotauro, El y Pasifae). Este hecho tuvo secuelas terribles.

Los problemas de Poseidón con los atenienses fueron de carácter distinto. Había competido con Atenea por el dominio del Ática, donde está Atenas, ofreciendo a sus habitantes el regalo más útil. Poseidón clavó su tridente en la tierra sobre la Acrópolis y produjo un pozo de agua negra. Pero Atenea hizo crecer un olivo en el mismo punto y fue declarada ganadora y protectora de la ciudad. Poseidón no soportaba la derrota y causó entonces una terrible inundación en el Ática, pero Zeus intervino poco después para que se reconciliase con los atenienses. Desde entonces fue adorado de la forma que él quiso y la ciudad dependió de las embarcaciones y del comercio marítimo.

Después de dos mil años de cristianismo, Poseidón, sobre todo bajo su nombre romano de Neptuno, ha permanecido como uno de los dioses griegos más conocidos. Zeus ha tenido durante el periodo cristiano una existencia más oscura y Hades incluso ha sido olvidado. Desde el Renacimiento, Poseidón (Neptuno) ha consolidado su posición de privilegio en la iconografía occidental. Aparece en incon¬tables fuentes monumentales del periodo neoclásico. En la era moderna, apareció un nuevo rito por este dios: los marinos y los pasajeros que cruzan el Ecuador por primera vez reciben el «bautismo de Neptuno», una ceremonia en la que la tripulación se viste como Neptuno y vierte agua de sal sobre los no iniciados para luego beber con ellos.

Artículo de Javier De Frutos
Para "Por y Para Aranjuez"

martes, 19 de enero de 2016

Fuentes del Jardín de La isla (Fuente de Venus)

Fuentes del Jardín de La isla

Artículo de Javier De Frutos


Fuente de Venus




Fue enviada desde Florencia por García de Toledo. La Fuente, al igual que el resto de las que se encuentran en este jardín está situada en el centro de una plaza octogonal, se compone de una gran taza con balaustre y una segunda taza donde se halla la figura de Venus de bronce secándose  el pelo con las manos.

Venus en la mitología romana.


La diosa Venus, fue en un principio la diosa romana de los jardines y los campos, aunque
posteriormente se la equiparó con Afrodita, la diosa griega del amor y la belleza, con la diosa Astarté de los fenicios o con Urán, la deidad de los etruscos. Aunque venerada en Roma, la historia de su nacimiento y vida proviene de los mitos griegos, y apenas fue modificada por los romanos, el único aspecto que se cambió ligeramente fueron las cotas de sensualidad y crueldad que mostraba en los mitos griegos y que fueron suavizadas por los romanos.

En cuanto a su nacimiento, existen dos leyendas distintas sobre ello, una nos habla de que una gran concha de mar era mecida por las aguas del Mediterráneo hasta que por azar fue a parar a las costas de la isla Citérea, donde el choque la hizo abrirse y de su interior surgió la diosa.

Desde ese mismo instante, Venus fue conducida ante la presencia de los dioses del Olimpo, donde fue agasajada y cortejada por éstos de manera gentil.

La otra versión, un poco más cruda, nos cuenta que Saturno mutiló los genitales de su padre y éstos cayeron al mar. De ellos y la espuma del mar nació Venus, siendo también en esta versión llevada ante los dioses olímpicos.

Sea cual fuere su origen, lo que nos recalca la leyenda es que todos los dioses competían por su amor, siendo su ferviente deseo el desposarla, hasta que Júpiter ordenó que se debería casar con el herrero del Olimpo, Vulcano, creador del rayo que sirvió a Zeus para vencer en combate a los gigantes.

Pero Venus no vio esto con buenos ojos, ya que despreciaba a su marido por ser cojo, así que incurrió en la infidelidad y su lista de amantes no fue precisamente corta. Entre ellos estaban el siempre beligerante "Marte"  de cuya unión nació Rómulo, Adonis el pastor, Poseidón, Eneas y Mercurio entre los más renombrados. Otros hijos de Venus son Cupido  (que luego tomaría su relevo como deidad del amor) y Anteros.

En sus representaciones, es común verla sentada sobre un carro tirado por aves, y en su pelo una corona de rosas y mirto. Por otra parte, por todos es conocida la escena de la diosa surgiendo de la concha aunque esta escena sólo representa su nacimiento. De vivo temperamento y corazón inquieto, se la asocia con la belleza, el amor y la fertilidad, además de tener el poder de convertir en inmortales a las personas enamoradas, y también se dice de ella que por donde pasa florecen y crecen las plantas.

Venus en la mitología Griega (Afrodita)

Afrodita es la diosa del amor y la belleza, y se identifica en Roma con la antigua divinidad itálica Venus. Según una tradición es hija de Urano  y según otra de Zeus y Dione.

En el caso de la primera historia, el nacimiento ocurre en el momento  que Cronos (dios del tiempo) corta los genitales de su padre Urano y los lanza al mar, de donde surge Afrodita. De ahí que se le conozca como  “la diosa nacida de las olas” o “nacida del semen de dios”.

Una vez que salió del mar, Afrodita fue llevada por los vientos Céfiros, primero a Citera y luego a Chipre, donde las Horas la vistieron y la guiaron a la morada de los Inmortales.

Posteriormente, Platón imaginó que había una Afrodita Urania, la diosa del amor puro e hija de Urano; y Afrodita Pandemo, hija de Dione y diosa del amor vulgar. Sin embargo esta es una Concepción filosófica tardía.

Afrodita es partícipe de un sinnúmero de leyendas. Primero, se casó con Efesto (el divino cojo y dios del Fuego), pero estaba enamorada de Ares (dios de la  Guerra).

Cuenta Homero (escritor de La Odisea y La Ilíada) que mientras los enamorados se entregaban a la pasión en una madrugada, en el lecho de Afrodita, Efesto celoso les había puesto una trampa, pues el  Sol le había contado que su amada le estaba siendo infiel.

Cuando  los amantes se dieron cuenta ya estaban atrapados en una red mágica que  tenía el esposo de la bella diosa, y éste fue a llamar a todos los dioses para que fueran testigos del engaño. Todos se burlaron del asunto, pero Poseidón (dios del Mar) pidió clemencia y por eso Afrodita y  Ares fueron liberados.

La diosa avergonzada huyó a Chipre, mientras que Ares se fue a Tracia. Sin embargo, sus amores tuvieron fruto y de tal unión nacieron Eros (dios del amor) y Anteros, Deimo y Fobos (el Terror y el Temor) y Harmonía. A veces también se agrega a Príapo.

Además de Ares, Afrodita estuvo involucrada amorosomente con Adonis y  Anquises con quien tuvo a Eneas (héroe troyano y personaje de La Eneida  de Virgilio) y a Lirno.

Pero, la diosa fue especialmente conocida  por sus maldiciones e iras, pues cuando alguien caía en la desgracia de ofender a la diosa, se condenaba a tormentos terribles. Por ejemplo, castigó a la Aurora con un amor irrefrenable por Orión, ya que había cedido a las seducciones de Ares. También castigó a todas las mujeres de Lemnos, ya que éstas no la honraban, y las impregnó con un olor insoportable que provocó que sus hombres las abandonaran. De igual manera castigó a las hijas de Cíniras y las obligó a prostituirse con extranjeros.

Por otra parte, caer en su gracia era igual o más peligroso. Cuando la Discordia lanzó una manzana a la más hermosa de las  diosas, e hizo que compitieran Afrodita, Palas Atenea y Hera, y Zeus decidió que fuera Alejandro (Paris, héroe troyano) el que definiera quién era la más hermosa, cada una le ofreció un regalo a cambio de que la escogiera. Palas Atenea le ofreció hacerlo invencible en la guerra, Hera le prometió el reino del universo, y Afrodita la mano de Helena (hija de Zeus y hermana de los Dioscuros), quien era la mujer más hermosa del mundo. Paris eligió a Afrodita y fue por esta promesa que se  inició la famosa Guerra de Troya.

Afrodita agradecida con Paris, lo protegió durante toda la campaña así como a los demás aqueos, incluyendo a su hijo Eneas, a quien logró salvar de la muerte. Aunque Troya iba a perder la guerra definitivamente, Afrodita logró rescatar la raza de los aqueos con su hijo Eneas, quien luego viajara a una tierra desconocida donde sus descendientes Rómulo y Remo fundarían Roma.

Así es como para los romanos Afrodita, Venus para ellos, fuera su protectora  particular y por eso César le levantó un templo bajo la invocación de Venus Madre.

Los animales favoritos de esta diosa eran las palomas, y estas aves arrastraban su carro. Sus plantas eran la rosa y el mirto.

Articulo de Javier De Frutos 
Para "Por y Para Aranjuez"






miércoles, 13 de enero de 2016

Fuentes del Jardín de La isla (Fuente de Baco)

Fuentes del Jardín de La isla

Artículo de Javier De Frutos

Fuente de Baco




Emplazada en una plazoleta hexagonal con bancos de piedra, en cuyo centro se halla un estanque circular de jaspe que sostiene al dios Baco, coronado con racimos de uvas y sentado sobre un tonel con un pequeño grifo, mientras alza una copa de vino. La figura, obra de Jonghellinck, fue un regalo a Felipe III por el Gran Duque de Florencia. Inicialmente iba a albergar la fuente llamada de Sansón con el filisteo, que fue regalada por Felipe IV a Carlos I de Inglaterra en 1623 y hoy presente en el Victoria and Albert Museum de Londres.

Sobre la monumental taza de Mármol toscano se asentó en principio una escultura referente a Sansón y el Filisteo, hasta que Felipe IV ordenó colocar la que vemos hoy, se trata del dios Baco, divinidad del vino y de la orgías cabalgando a horcajadas sobre un tonel y coronado de pámpanos y racimos, con una copa en la mano en actitud de brindar.


Cuenta la leyenda que, al igual que Hércules, fue enloquecido por Juno, recorriendo el mundo y divulgando al cultivo de la vid. Cuando regresó a Grecia impuso en todas las ciudades su culto, en el que participaban doncellas, conocidas como las "Bacantes", caracterizadas por danzar poseídas por el delirio místico. El senado acabó prohibiendo estas fiestas "bacanales", pero las sectas siguieron guardando la tradición "dionisíaca".

Baco en la mitología  Griega y Romana

Al adoptar los romanos el culto del popular dios griego Dionisos, admitieron con preferencia el apelativo Baco (Bacchus) ya usado en Grecia en los últimos tiempos, pues Herodoto fue quien primeramente le hubo de emplear y luego con bastante frecuencia los trágicos. El nombre griego βάχΧος parece de importación tracio-frigia; su origen debe buscarse en los idiomas arios. Arranca del nombre frigio βαγαϊος, apelativo de Savazius, dios asimilado a Dionisos en Frigia cuyo sentido primitivo es «el dios», considerándole de una manera absoluta. Según Lenormant, la naturaleza misma del culto dionisíaco y de sus fiestas llevó a los griegos a asociar al nombre de Baco una idea de inspiración divina y de furor orgiástico, así como de purificación, de donde vino el verbo βαχΧευειν, sinónimo de μαίνεσθαι, y el empleo de la voz βάχΧος en el sentido de inspirado, poseído de trasporte báquico; de aquí la sustitución de βάχΧος por el nombre del dios, de las formas βάχΧειος y βάχΧευς, que aparecen como derivadas de βαχΧευειν.

Para lo concerniente a las fábulas del dios en Grecia, remitimos al lector a la voz Dionisos. Según Sófocles, Dionisos es el dios que reina en Italia; y es que los fundadores de las colonias helénicas llevaron consigo a dicha comarca el culto de Baco, que muy luego dio pie para una serie de nuevas leyendas míticas que adquirieron gran desarrollo. Era creencia popular que Baco disputó a Ceres la posesión de la Campania, la cual había recibido grandes beneficios de todas las divinidades; favorecido por la hospitalidad que le dio Falernus llevó a cabo empresas guerreras en el país de los tirrenos, y al alejarse de Italia dejó en ella los veteranos de su armada, silenios fatigados por la edad que se dedicaron a la cultura de la viña, haciendo aquel suelo fértil en buenos vinos. La Apulia, la Lucania, la Calabria y la Campania, vinieron a ser los centros en que tomaron mayor importancia los misterios báquicos que muy luego pasaron a Etruria y a Roma; estos misterios llegaron a ser en el siglo III antes de nuestra era la primera institución religiosa de esas comarcas, como lo atestiguan los vasos pintados de la última época que salían de las fábricas de la Italia meridional, pues sus asuntos están directamente relacionarlos con las bacanales. Estos asuntos de los vasos pintados se clasifican por los arqueólogos en dos clases, báquicos y místicos; en los primeros no aparece ya el Dionisos barbudo de los vasos arcaicos sino el dios eternamente joven rodeado de sátiros y ménades, niños alados de formas afeminadas cuando no hermafroditas. Los asuntos místicos, que por cierto abundan, vienen a ser composiciones enigmáticas cuya interpretación precisa no han podido dar hasta ahora los ceramógrafos: aparece en ellas el dios y una diosa que suele llevar el nombre griego de Cora, aunque los autores latinos la designan con el de Libera, al cual dan preferencia los arqueólogos porque caracteriza su fisonomía especial distinta de la Cora eleusiana. A la cópula de Baco y Libera asociaba el culto público a Ceres como se hacía en Grecia. 

Por lo demás, el estilo de los monumentos figurados referentes a Baco y el desenvolvimiento de los misterios corresponden a mediados del siglo IV. Los hermosos vasos de Nola que datan de fines del siglo V y de los comienzos del IV permiten apreciar lo que era entonces el culto dionisíaco entre los griegos de la Campania y ofrecen la tríada de Demeter, Cora y Dionisos barbudo con caracteres semejantes a los que tenía en Grecia. Según Macrobio, en la Campania, y especialmente en Neápolis, Baco recibió el nombre de Hebon, forma masculina correspondiente a la Hebe de Flionte y de Sicyone; según Lenormant, es difícil de creer que Hebon no estuviera asociado a una Hebe, lo cual puede explicar la influencia positiva en Italia de las formas del culto místico de Flionte en que la diosa asociada a Dionisos, llamada Dia-Hebe, tiene un carácter intermedio entre Cora y Ariadna; alguien la ha confundido con Semela. En los vasos pintados de la última época la esposa de Baco ofrece todos los caracteres de Ariadna y su apoteosis es asunto frecuente en los vasos de la Apulia. Sea Libera, sea Ariadna, la compañera de Baco aparece en los hermes dobles de estilo seudo-arcaico.

Baco no figura en el Panteón etrusco, al menos con ese nombre, pues el dios Fufluns etrusco es análogo al Dionisos griego, como Liber, uno de los antiguos dioses itálicos, esposo de Libera. Liber y Libera, según la Inditamenta de Numa, presidían a la procreación, viniendo a ser el primero un dios de la fecundidad cuyo símbolo era el falo y cuyo culto ofrecía en sus ritos grande analogía con el báquico.

Como en la época en que el culto de Baco pasó a Roma en Grecia predominaba el tipo juvenil de Dionisos creado por Praxíteles, éste fue adoptado desde luego en la escultura romana. Niño, adolescente o mancebo, el Baco romano es siempre un tipo de belleza. En cuanto a sus atributos y la diversidad de episodios de su fábula en que aparece con su cortejo de bacantes, sátiros y silenos, puede verse la voz Dionisos. Por lo que hace al culto, los misterios báquicos tuvieron una tendencia licenciosa que llevó por último al Senado romano a prohibir las bacanales, no sin adoptar antes severas medidas contra la introducción de ciertas ceremonias qua constituían en Grecia el culto del dios. Al amparo de dicho culto llegó a tal extremo el abuso, que Mario pretendió justificar su embriaguez con el ejemplo del Baco indio. Pompeyo celebró un triunfo báquico, haciéndose conducir en un carro tirado por elefantes y César restableció las fiestas orgiásticas según los ritos armenios, que estaban proscritas desde hacía tiempo.

Articulo de Javier De Frutos 
Para "Por y Para Aranjuez"