martes, 26 de enero de 2016

Fuentes del Jardín de La isla (Fuente de Vetumno/Apolo)

Fuentes del Jardín de La Isla


Artículo de Javier De Frutos

Fuente de Vetumno/Apolo




Fotografía de Javier De Frutos


Situada a continuación de la de Hércules, se halla esta fuente que integra a la figura de Apolo y que data del siglo XVI. La plazoleta en la que se encuentra esta fuente era llamada anteriormente la Puerta del Sol de Aranjuez, en referencia a lo concurrido del lugar y por ser contemporánea con la plaza del mismo nombre de Madrid.

Los cortesanos de aquel entonces se recreaban contemplándole sentados en alguno de los ocho largos bancos de piedra oscura y respaldo de finas labores que le rodean .. sobre un pilón octogonal de mármol sobre un zócalo con su basa, encima de una taza igualmente de mármol .... Apolo...Vertumno más bien.. o no, tal vez Apolo por su hermosura, figura masculina joven y hermosa, venciendo a la serpiente Tifón sobre al que apoya su pie izquierdo ...o Vertumno,seguramente, dios romano de origen etrusco .. el cambio , la mutación , las estaciones y ciclos naturales, la inconstacia, protector de vegetación y huertas, la germinación... su corona de frutos y la curnocopia ese cuerno de la abundancia... alegoría de la riqueza de las tierras de Aranjuez ..... encargo de Felipe IV, posiblemente a Miguel Ángel Naccherino.

Apolo en la mitología Romana.

Apolo es uno de los dioses de la Dioses de la Mitologia Romana que procede en origen de la Mitología Griega, y se le conoce por varios nombres como Délico por haber nacido en la Isla de Delos y también como Pitio, por ser el artífice de la muerte de la Pitón que custodiaba el templo de Parnaso. También se le conoció como el dios de las profecías, siendo su principal lugar de culto el Oráculo de Delfos, en el lugar donde derrotase a la terrible Pitón. Apolo concedía la visión del futuro a aquellos que amaba, incluida la desafortunada Cassandra.

Según la tradición, Apolo nació fruto de la relación entre Zeus y Leto, y era un diestro músico y entretenía a los dioses tocando su lira. También poseía grandes talentos como cazador, arquero y atleta, de hecho se le atribuye el haber ganado los primeros juegos olímpicos celebrados. En Curiosidades sobre Roma era el protector de la agricultura, la ganadería, la verdad y se encargó de transmitir a los mortales sus conocimientos sobre la medicina. Apolo cumplía también el papel de ser el guardián de los jóvenes, mientras que su hermana, Artemisa, lo era de las doncellas.

Mientras unos creían en su benevolencia y protección, algunas tradiciones le describen como un dios cruel y desprovisto de piedad. Famosa es la leyenda en la que Apolo raptaba y tomaba a la fuerza a la bella princesa Creusa, a la que después abandonó junto al hijo que le había dado. El hecho de que siempre sea representado como un ejemplar de belleza masculina, hace que su imagen sea mucho más frecuente de representar que los demás dioses del panteón romano.

El hijo de Apolo,Asclepio, continuó con su tradición de dios romano de la medicina, aunque Apolo conservó su capacidad de propagar las enfermedades y las plagas, teniendo el poder dual de sanar y matar al mismo tiempo. También se dice que su lira le fue otorgada por Hermes, y que fue creada por el mensajero de los dioses exclusivamente para él y con el tiempo, pasó a ser uno de sus atributos más característicos. Apolo también posee la cualidad de ser el dios de la música y la poesía, por lo que se le considera el gobernante y señor de las Musas, por lo que recibía el nombre de Apolo Musageta.

Apolo en la mitología Griega.

Apolo, también conocido como Phoebus Apollo (Febo Apolo), fue uno de los dioses griegos más importantes. Pertenecía al grupo de los 12 dioses que habitaban en el Olimpo junto a Zeus. Apolo, hijo de Este y de Leto, era entre otras cosas el dios del arte de la adivinación, de las artes -la música, sobre todo- y la arquería. También era el dios de la luz ligada al sol (Phoebus, Febo o foibos significa «brillante»). Con sus flechas era capaz de causar enfermedades infecciosas, aunque también era capaz de curar, por lo que se le conocía como «el que ataca de lejos». Esta naturaleza dual también se reflejaba en el hecho de que fuese la deidad de los pastores que guardaban el ga­nado y asimismo se le identificase con su gran enemigo el lobo.

Apolo venía de Licia, en lo que hoy día es el suroeste de Turquía. Alrededor del año 1000 a.C. Febo Apolo ya era adorado como uno de los dioses griegos más importantes.

Leto dio a luz a Apolo y a su hermana melliza Artemisa, diosa de la caza, en la isla de Delos, donde se había refugiado de la ira de Hera, la esposa de Zeus (ver Hera). Apolo se hizo adulto muy rápido y se trasladó a Delfos, en la península griega donde habitaba la serpiente gigante Pitón en una grieta de la superficie. Pitón era hermana de Gaya, la diosa de la tierra. Tiempo atrás se había enemistado con Leto y había intentado evitar el nacimiento de Apolo y Artemisa. Apolo acabó con el monstruo «con mil flechas», según cuenta el poeta Ovidio en su obra. Aunque tuvo que hacer penitencia por el pecado de haber acabado con la serpiente divina, se le permitió fijar su oráculo donde antes había estado Pitón. El oráculo de Delfos, relacionado con los santuarios de Apolo y situado según los griegos en el ombligo de lo que era la tumba de Pitón (el centro del mundo), mantiene una extraordinaria reputación desde la Antigüedad. No sólo existía en la mitología, sino que realmente también se podía visitar y de hecho mucha gente lo consultaba. La sacerdotisa Pitia (de Pitón) daba respuestas sentada en un taburete de tres patas sobre la grieta en la tierra en la que estuvo la serpiente gigante y a través de la cual obtenía las respuestas susurradas por Apolo. Este oráculo lingüístico era oscuro y se podía interpretar de muchas formas, lo que le dio con el tiempo su fama de ser infalible. De acuerdo con el pensamiento moderno, Pitia pudo sucumbir a los humos tóxicos que emanaban de las profundidades y que confundían sus ideas hasta hacer de su habla un ruido ininteligible. Sus términos eran un tesoro que se interpretaban como una predicción útil para la gente.

Los Juegos Pitios empezaron en Delfos después de la muerte de Pitón. Empezaban con la música para seguir con los acontecimientos deportivos. De acuerdo con la leyenda, los primeros sacerdotes de Delfos llegaron desde Creta cuando Apolo, transformado en delfín, les llevó en barco hasta el puerto de la localidad.

Después de matar a Pitón, Apolo acabó con muchos más seres valiéndose de sus flechas. Con su hermana Artemisa acabó con el gigante Titio, que había tratado de violar a su madre. Este acto no fue reprendido por Zeus. Titio fue condenado a sufrir eterna tortura en el Tártaro, la zona más lúgubre del mundo de los muertos.

Niobe también fue víctima de la venganza de Apolo y Artemisa. Era la esposa de Anfión, rey de Tebas, y tenía siete hijos y siete hijas. Ella presumía de ser más fértil que Leto e incluso, llevada por su orgullo, consideró innecesario hacer sacrificios por la diosa. Niobe sufrió un castigo ejemplar por su arrogancia. Apolo mató a sus siete hijos con sus flechas y Artemisa hizo lo mismo con sus hijas. Cuando su hija más joven, Cloris, se abrazó a su madre agonizando, Niobe pidió clemencia para que la dejasen viva, pero todo fue en vano, pues aún se disparó una flecha más para rematarla. Según algunas versiones, sin embargo, Cloris salvó su vida. Niobe se convirtió en piedra debido al dolor.

Apolo tuvo que hacer penitencia por sus actos de violencia y hubo de ponerse al servicio de un mortal. Durante su tarea como esclavo, entre otras cosas construyó los muros de Troya junto al dios del mar, Poseidón. Según otras versiones hizo este trabajo por dinero, pero el rey troyano Laomedón se negó a pagarle.

Durante la Guerra de Troya, Apolo fue el más fanático y temido de los seguidores troyanos entre las divinidades. Causó la epidemia de Plaga entre los griegos cuando éstos secuestraron a la hija de uno de sus sacerdotes. De acuerdo a ciertas versiones, Apolo fue responsable de la muerte de Aquiles, el héroe griego, que perdió la vida cuando una de las flechas de Paris le alcanzó el ta­lón. Podría haber sido el propio Apolo el que hubiese hecho acertar a un arquero medio como aquel en la parte más vulnerable de su cuerpo. Apolo les aseguró dones proféticos a Heleno y Casandra, los hijos del rey troyano Príamo. Pero como Casandra le rechazó como amante, Apolo no le dejó disfrutar de su don de predecir el futuro e hizo que nadie le creyese, aunque siempre acertaba.

Casandra no fue la única mujer que le rechazó, pues lo mismo hizo la ninfa Dafne. Eros, ofendido ante el desprecio de Apolo, se vengó haciendo que se enamorase de Dafne que, desesperada, huyó con el volup­tuoso dios. Cuando estaba muy cerca de atraparla, ella rogó que la liberasen del cuerpo que había despertado su deseo y la convirtiera en arbusto de laurel. Apolo tuvo más fortuna con los muchachos. Su relación con el atractivo Jacinto fue trágica, no obstante, ya que Apolo le mató accidentalmente al arrojar un disco.

A pesar de todo, Apolo llegó a tener descendencia y el hijo que concibió con la princesa Coronis, llamado Asclepio, se convirtió en el dios de la Medicina. Asclepio no llegó al mundo de una manera convencional, pues cuando la princesa engañó a Apolo, Artemisa decidió matarla. Fue el propio Apolo, o quizá Hermes, el que rescató el cuerpo de Asclepio del vientre de su madre que yacía muerta.

Un aspecto importante del dios Apolo es el poder que tenía su don para el arte y la música. Con su capacidad creativa lideraba a las nueve musas, deidades que tutelaban las artes y las ciencias. Apolo inventó la cí­tara, un instrumento de origen griego, reco­nocido como antecesor del laúd y de la guitarra. Pero su favorito era el arpa y es con el que aparece en casi todas sus representaciones, a pesar de no ser invención suya, sino un regalo de Hermes después de robarle unas cabezas de ganado. Apolo también tocaba la flauta de manera magistral. El sátiro Marsias, que pensaba que sabía tocar mejor que el dios, se atrevió a retarlo y sufrió una humillante derrota ante él, que acabó además desollándole vivo. El rey frigio Midas también sufrió reacciones de Apolo cuando intentó criticar su capacidad musical y compararse con él. Después de oír al dios Pan tocar Su lengüeta y a Apolo con su arpa, y mostrarse en de­sacuerdo con la opinión mayoritaria que prefería la música de Apolo, el dios, irritado, lo castigó poniéndole orejas de burro.

Como Apolo daba a los oráculos sus predicciones, se convirtió en fuente de inspiración para poetas, cantantes y músicos que tocaban los instrumentos que él había creado. El dios griego se introdujo en la cultura romana como uno de los símbolos más im­portantes de la admiración e imitación que suscitaba todo lo griego. El primer emperador romano, Augusto, le dedicó un templo en el año 28 a.C. en la colina del Palatino, en el mismo corazón de Roma, para demostrar que también él, como máximo dirigente del Imperio Romano, estaba extendiendo su civilización por todo el mundo.


Artículo de Javier De Frutos
Para "Por y Para Aranjuez"

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